Unos tiros... {Amaia}

Había madrugado demasiado. Y sabía perfectamente que, antes de que empezara mi turno, la comisaría estaría abierta desde una hora antes.
En mi pueblo aquello se llamaría innecesario: pudiendo estar en la cama un rato más, yo me había preparado y había ido antes al trabajo, había fichado -así saldría un rato antes aquella noche-, me había cambiado y me había preparado para ir a la sala de tiros.
Era la primera vez que entraba sin la autorización de Povedilla. Pero después que se delatara todos nos sentíamos más libres, así que no tuve ningún remordimiento de entrar, ponerme las gafas y las orejeras y... Encontrarme con... ¿Pepa? ¿Qué hacía allí? Bueno, trabajaba en mi mismo sitio y era amiga mía... Si así se le podía llamar. De todas las relaciones profesionales que tenía, era con la que mejor me llevaba -exceptuando mi tío-.
-Hola -dije, acercándome con una sonrisa y mirando sus aciertos-. Vaya, o es que siempre aciertas o estás liberando presiones. Buenos días.

FDR: Así me ahorro el de mañana, que contesto a los demás y me voy ya (:

La verdad, los tiros eran de las pocas cosas que me relajaba, me empezaba a sentir desahogada totalmente, ademas estaba acertando todo el rato, si estuviera así en todos los operativos..., seguí disparando sin fallar ni una sola vez, entonces sin darme cuenta alguien entró a la sala, hasta que me hablo, no me inmute, me dí la vuelta lentamente, y vi a Amaia, era la sobrina de Curtis y era muy simpática, bueno con las dos nuevas becarias me llevaba muy bien, a los chicos ya no les conocía tanto..., sonreí-Buenos días, Amaia, no te voy a mentir, la verdad es que estoy liberando presiones-reí-¿A ti que te trae por aquí tan temprano?-pregunte mirando el reloj y luego observándola

FDR: Ok^^

Encogí los hombros conforme me ponía a su lado y colocaba adecuadamente las orejeras, tomándome la respuesta con algo de paciencia, pues no sabía muy bien cómo explicar que, simplemente, me habían entrado ganas de venir antes.
-No podía dormir. Supongo que luego saldré antes si ahora cumplo las horas que me tocan de trabajo, ¿no? -sonreí.
Me gustaba la sala de Tiros. Sobretodo por las gafas, me hacía ver el mundo amarillo... Soleado. Así debería de ser cada día. Aunque, por otra parte, era más que evidente, que lo oscuro me gustaba...
Cogí la pistola y apunté al cartel con una silueta negra y señalaciones de diana, disparando tres veces, de las cuales una di en el centro y las demás bastante cerca.
Para ser tan temprano esperaba que no estuviera mal...

Sonreí, bajando el arma y mirando a Pepa algo orgullosa.
-Sí, bueno... Se me suele dar mejor. Sólo es que me has pillado en un mal momento -me excusé-. Aunque no esté liberando presiones, creo que mal no me vendría... -murmuré casi más para mí misma, al pensar en las semanitas que a todos nos había tocado, especialmente con Blackman... Últimamente era en lo único que pensaba.
-De todos modos no creo que salga con mis amigos esta tarde, aunque salga antes. Estoy pensando seriamente en ir a la tienda de mascotas y comprarme un conejo -reí entre dientes.
A falta de tener a Blackman... ¿Mejor tener un conejo?

Reí entre dientes, sintiéndome hasta halagada.
-Bueno, no más que tú. Supongo que mejorará tras años de experiencia -"o eso dice el tío", pensé, acordándome de mi tío Curtis-. Supongo que, cada vez que lo necesite, será lo que haré, será mejor que cebar a ese conejo y matarlo de una mala digestión -bromeé.