Trabajando [Libre]

Me habían encargado llevar unas cajas con pruebas de un caso de asesinato al piso de arriba: cosas personales de la víctima, así como móviles, maquillaje, carteras, llaves de casa... Todo lo que se había encontrado en la escena del crimen.
Iba cargada de cosas, por eso me costó abrir la puerta. Y me quedé algo impresionada al ver que el laboratorio no estaba vacío ni tampoco estaba Deker, uno de los forenses, en él. Supuse que San Antonio andaba bastante bien servido de personal, así que me apresuré por dejar las cosas sobre una mesa al lado de la chica pelirroja con la que me había encontrado.
-Perdón, me habían mandado traer esto -sonreí.

Me puse contenta al escuchar que traia cosas para analizar, la verdad es que eso de ordenar aún que me gustaba ya cansaba un poco, y que mejor escusa para dejarlo que esta, me quedé mirando a la chica, no la conocía, debería ser una becaria.
-¡Que bien! Dije cojiendo la caja Muchas gracias por traérmela

Seguí sonriendo algo más ampliamente, al fin y al cabo, una de mis virtudes era ser cariñosa y siempre así de vital, con siempre energía suficiente para sonreír. Me podría tirar todo el día así sin tener agujetas en los pómulos.
-De nada, agente... -dije, sin terminar la frase, pues no sabía si quiera su apellido. Supuse que sería nueva, o... al menos... yo no conocía a toda la gente de la agencia.
Sí, definitivamente. Sería aquello segundo. Al fin y al cabo, la becaria era yo.

Sonreí a la chica, la verdad esque a primera vista parecía simpatica, ya que mientras me hablaba siempre sonreía, estube pensando un rato y después decidí presentarme.

-Silvia Castro, un placer Le tendí la mano

Alargué mi mano nada más ver que ella también me la tendía, así que la estreché con la suya y la miré de arriba a abajo disimuladamente. ¿Sería forense, como Deker? En cualquier caso, parecía muy agradable, tenía una carita que parecía no hacer daño a nadie. Me cayó bien a simple vista.
-Amaia, igualmente. Perdona mi ignorancia, soy nueva... -"Yo y tres más..." pensé, al recordar a Goyo, Dani y Lis- Ya sabes -reí entre dientes.

Si, ya lo he podido deducir La miré, Ah tranquila es normal que te encuentres un poco perdida, pero ya veras como poco a poco iras conociendo a la gente, yo ya llevo bastantes años aquí, pero a dia de hoy aún no he acabado de conocer a toda la gente que hay aquí Sonreí al acordarme de todos

-Supongo que hay que tener conocidos hasta en el infierno -reí entre dientes, apoyándome en la pared y cruzándome de brazos-. Pero bueno, perdida no me siento del todo. Esta comisaría tiene un aire muy familiar. Me gusta.
Tal vez por eso me sentía día a día más cómoda. ¿Quién podría presumir de trabajar con tus mejores amigos, estar con tu tío y, además, de poder estar aquí con el hombre del que estaba enamorada? Afortunadamente, la comisaría de San Antonio era uno de los lugares que más merodeaba Blackman.

Analizé su frase de que esta comisaria era muy familiar, si me paraba a pensar, estabamos todos relacionados entre si, el comisario era mi padre, el inspector Miranda era mi cuñado, Sara mi sobrina, Lucas mi ex y ahora novio de mi sobrina, y tanto Rita, Jose Luis Mariano, todos eran como hermanos y Pepa, mi amor imposible y a la vez hermana de Paco, al recordarlo no pude evitar reirme. -A familiar si que no nos gana nadie, porqué mas liados que en San Antonio...

Reí entre dientes.
-Cierto. Creo que esto es algo así como Perdidos, todos estamos relacionados en cierto modo... -"De no ser por mi tío, igual seguiría trabajando como camarera al no encontrar trabajo" pensé, sonriendo ante mis persamientos-. Pero bueno, eso tiene sus ventajas y también sus desventajas.

Pues si Dije sonriendo. Tienes toda la razón, a veces trabajar con gente a la que quieres y con la que has tenido problemas es una mierda, que en eso soy una experta

Asentí con la cabeza y desvanecí un poquito mi sonrisa. Con el pobre Goyo nunca había tenido ningún problema, pero... ahora... Él estaba jodido por mi culpa. Sin embargo, si alguno de nosotros hubiéramos tomado algún camino distinto a este, estaría segura de que esto habría sucedido de otro modo.
-Sí, yo ya me voy haciendo a la idea -dije, sonriendo un poco, pero de una forma no muy animada-. Aunque, en parte, mejor eso que trabajar con completos desconocidos de los que sólo sabes su nombre y poco más. ¿No?

Escuché atenta sus palabras Tienes razón, mejor malo conocido que peor por conocer Me quedé pensando ¿Es así el dicho?¿ o lo he modificado?

Reí entre dientes conforme encogía lentamente mis brazos y negaba la cabeza.
-La verdad es que no lo sé. Nunca fui de refranes o dichos. Pero, la verdad, es que lo hayas dicho bien o lo hayas dicho mal, sí. Es mejor estar así y aguantarse que poder estar en situaciones peores.

Pues sí Asentí con la cabeza oye ¿te apetece ir a tomar algo al bar mas famosos de San Antonio? Famoso famoso igual no, mas bien era el único que habia en toda esa zona, el bar era el lugar de encuentro de toda la comisaria, hacían vida allí.

Alcé las cejas ante su propuesta que me había pillado por sorpresa y empecé a balbucear. ¿Sería correcto marcharme sin avisar siquiera a Curtis, mi tío?
Miré el reloj digital negro que tenía en mi muñeca derecha para observar la hora. Quedaban quince minutos para que acabara el día... Así que... Supongo que no pasaría nada ni me regañarían. O eso esperaba.
-Ehm... Bueno -murmuré.

Noté como no le hacia mucha ilusión, así que le quité enseguida el muerto. Tranquila, que no hace falta que vayamos hoy Sonreí y la miré para ver que decia

-Nono, si me apetece mucho, pero aún queda un rato para que termine el turno de hoy, Silvia -sonreí, llevando una de mis manos a mi cabeza y rascándomela algo nerviosa, dibujando una pequeña mueca en mi rostro.
Por ganas no era. Siempre me gustaba mucho salir a tomar algo, y más aún si era con gente nueva, me gustaba entablar nuevas relaciones, así que el problema no era ella en absoluto. Además, aquel día no había hecho planes ni con Goyo, ni con Lis, ni con Dani, ni los cuatro juntos...
-Aunque lo mejor será que vuelva al trabajo así me libro cuanto antes -sonreí, acercándome a la puerta de salida- Un placer. Tal vez otro día salimos y tomamos algo, ¿vale?
Sonreí y me fui.

Sonreí y observé como se iba, después me quedé alli trabajando y pensando en Pepa.